CARTUCHO (7)

CHICATANAS!





domingo, 10 de octubre de 2010

TEXTO-TEXTO-TEXTO-TEXTO-TEXTO

VII-LVI
por Yamila Greco




VII
qué gime el espíritu derrotado

ante el acontecer viciado de la forma

el silencio es el contorno descubierto

usado de reverso y más allá la noche

lenguaje anónimo que ni las bestias hablan


LVI

olvida Dios mi cuerpo deforma mi corazón

su dolor injerto en la mueca descosida del destino

me observa caminar como nunca quisiera caminar

se convierte en tierra abismo e incluso yo

Él que es una palabra un cuchillo un símbolo atrofiado

trae Dios en su silencio el Sol que permite a su enemigo crecer

el vestido acariciado por los muertos que volvieron.
 
 
 
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Paisaje de vida
por Laura Meza Orozco (mademoiselle lala)





Tantas veces sentí la necesidad de escribir. De pintar. De dibujar. De irme de fiesta. De besarme con alguna desconocida. De componer. de expresarme..


¿Cómo expresar aquello que no puede ser expresado?

A veces planeamos tanto todo. De lo que debemos estudiar. De a quién debo de conocer. De que película debo ver. De que lugar debo ir de vacaciones y así esperamos. Esperamos el mejor momento. El momento adecuado. El indicado y lo cierto es que nunca llegará.


Escuchamos cada sonido. Cada palabra. Para que no se nos escape nada. Comparamos. Calculamos. Soñamos. Pensamos. Caminamos tanto. Pero así como caminamos tambien caemos. Miramos. Nos levantamos y volvemos a esperar.


Hablamos del tiempo. De los días. De la fiesta del otro día. De las semanas. De joseph Beuys. De los meses. De devendra banhart. De los años. De este país bañado en sangre. De las horas. De las damas guapas. De los minutos. De los chicos guapos. De los segundos. Ese momento ideal. El tiempo sigue corriendo y lo pensamos tanto.


Planeamos. Soñamos. Algunas veces queda ahí. Otras veces se transforma y es que otra vez la vida nos lleva por caminos que no habíamos calculado. Que no habíamos pensado y ni siquiera soñado.


Una vez más el universo. Nos regala un espectáculo único. Se nos muestra gigante. Magnífico. Nos sorprende. Nos recuerda donde estamos. Lo insignificante y bello que somos..




Un momento mágico..


Único..


Inolvidable..


Nada es imposible..podemos cambiar al mundo..


Si eso realmente queremos que pase.


Yo quiero

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La Forma es lo Poético
por Juan Caloca


Asimilar las decisiones,

decantarlas hasta lo más alto,

lo más furtivo.

El límite.



Entenderlas como momentos

difusos y fugaces pero

FECUNDOS

VISCERALES



Fervientes de ser las correctas,

tal vez hasta comprensibles y diáfanas.



Sólo formas…



Del lenguaje,

del pensamiento,

del complejo reino de la reflexión,

MAGNÁNIMO.


Formas en el espacio,

com espirales,

como veloces

como intranquilas.



Incapaces de ser realmente,

orientadas,

dirigidas,

sólo pensadas.
 
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SEGÚN PETER WITKIN.
por Luis Miguel Zea

La obra de Joel Peter Witkin, un artista norteamericano que trabaja fotografía análoga a blanco y negro, penetra en la estética de lo negado, de lo maldito, aquello que nadie desea ver, esa realidad que reconocemos pero evadimos.

Cuerpos desmembrados, cadáveres reales, enanos, transexuales, gordos gigantes, entre otros, son los modelos den su obra. Aun así, Witkin afirma: “los sujetos de mi obra no son freaks, degenerados o grotescos. Son nosotros mismos”1. Claramente contestatario, el artista bombardea los cimientos de una sociedad que nos enseña que el cuerpo ha de ser bello físicamente, demostrando felicidad y salud, mientras nos alimentan de podredumbres disfrazadas.

La obra de Joel-Peter Witkin constituye una critica afilada a la sociedad occidental apitalista que refleja la realidad caotica que se vive hoy dia; por medio de la estrucción del canon corporal estético y ético, la propuesta de una estetizacion de lo byecto, y la reconstrucción de los mitos fundacionales de la sociedad occidental, el rtista apuñala los cimientos de una sociedad contemporánea en crisis.

Profundicemos primero en su destrucción del canon de belleza del cuerpo y sus valores éticos. Proponiendo una estética de lo negado, de lo perverso y oculto, la obra de Witkin ataca directamente la normalidad occidental. Siempre hay dos caras de la moneda; en el caso de nuestra sociedad, la cara opaca, deforme, fea siempre ha de permanecer oculta en las cloacas, en el subsuelo, sin molestar ni perturbar la diseñada normalidad que da tranquilidad al ciudadano común y corriente.

La practica artística de Witkin trasmuta “el mal en bien y lo profano en sagrado”2; siempre busca aquello a lo que la gente suele tener repelencia, asco, o miedo, para sublimarle en sus composiciones. Escarbando en el submundo de una sociedad fragmentadora, Witkin usa de personas anormales y/o muertas como modelos de sus piezas; no hay razón mayor a la inercia para usar a alguien considerado bello como modelo para una serie de fotografías.

En su mundo, “no importa cuan desviada, cuan oscura o cuan monstruosa sea una persona: todos deben tener la oportunidad de entender las razones y esencias de su existencia”3, afirma Galeano. Witkin no retrata la realidad; el artista construye su propia realidad, su mundo en donde lo ominoso es sublimado y sacralizado. Efectuando una transmutación ética y estética, el artista busca generar un impacto emocional en el espectador: “Me esfuerzo por crear experiencias que nadie haya visto ni sentido jamás”4, afirma Witkin.

Considero evidente que la obra de Witkin no es un disparate de un antisocial exaltado al nivel de arte, como muchos en primera instancia le han catalogado. De acuerdo con Galeano, “Witkin ha creado en verdad un documento mental de la sociedad occidental de finales del siglo XX. Sus logros en este sentido no son solo suyos, sino también los logros de toda la sociedad”5. Su obra plástica es una voz de su tiempo, un testigo de esta contemporaneidad en donde los limites del cuerpo y del genero se desdibujan para dar paso forzoso a una subjetivizacion libre de cada individuo.

Mientras Witkin organiza miembros humanos y frutas sobre una mesa, o viste a un hermafrodita para una foto, se organizan en las calles grupos gay, transexual, bisexual, entre otra cantidad de nuevos géneros, buscando aceptación y derechos humanos en una sociedad en donde categorizantes gusanos segregan putrefactos hedores. Discursos como la adopción por parte de parejas gay hoy día tienen la posibilidad de desarrollarse; antes eran negados, quemados, escondidos.

La transgresión no es única en el genero; el artista también penetra en el miedo a la muerte que reside en las bases de nuestra cultura. Su trabajo con cadáveres busca “demostrar que tras la muerte en el cuerpo sigue manteniéndose en alguna medida cierto nivel de conciencia”6.

Podríamos ver un paralelo a su intención en practicas corporales contemporáneas como las suspensiones, el sadomasoquismo, o las técnicas alternativas y violentas de tatuaje y perforación (tatuaje por cicatriz, por quemazón, expansiones) que, desde un pasado tribal y sagrado, han irrumpido en los circuitos comerciales de la modificación corporal.

No es Witkin el único que quiere subvertir la normalidad historicista de occidente; es una sociedad entera que se pone patas arriba, buscando identificarse en aquello que le ha sido negado por la normalidad que hoy le desasosiega. Analizemos la importancia de la reinterpretación de la Historia del Arte que efectúa Witkin.

No es por caprichosa preferencia que trabaja con composiciones referentes a la mitología griega; el artista busca evidenciar que “el conocimiento de la mitología griega estaba filtrado y polarizado por cerca de dos milenios de interpretación y moralidad cristiana”7. Por esta razón es que en lugar de ver mujeres atractivas representando a Las Tres Gracias (1980), mujeres sensuales que inspiren amor, o por lo menos apetito masculino hacia aquella supuesta figura femenina perfecta, vemos seres hermafroditas, con su rostro vendado, sosteniendo calaveras de monos en sus manos en lugar de las esperadas y usuales manzanas. Por medio de la apropiación, Witkin busca reconstruir la historia que sirve de base para la sociedad desarraigada de occidente.

Resulta que Afrodita, también conocida con su nombre romano Venus, no es solo amor y belleza
“De hecho Venus fue igualmente conocida como Melaina y Melainis, “La Negra”. Otro nombre, Skotia, “La Oscura” revela mas de sus aspectos ocultos. Androphonos, “Asesina de Hombres”, Anosia, “la Malvada” y Tymbirichos, “la Sepulturera” son otros nombres que nos sugieren sus siniestras y peligrosas potencialidades.”8

Por medio de su lente, Witkin revela que en la Grecia antigua la “deformidad, el bestialismo, fetichismo, incesto, brujería y otras practicas catalogadas como oscuras y diabólicas, son vistas como características y comportamientos propios de los dioses”9. De hecho, según la mitología griega, la misma Afrodita tuvo un hijo incesto con su hermano mellizo Hermes, gestando así una criatura deforme que posee los órganos sexuales tanto de su madre como de su padre (hermafrodita), castigada por la naturaleza por haber sido fruto de una violación de la regla.

La sociedad actual, heredera de una larga hegemonía cristiana, se ha empeñado en fomentarnos el bien y negarnos el mal, apartándonos de este, ocultándole para que no perturbe la realidad en donde el impuesto bien comanda. Sin embargo, vemos que hasta en la antigua Grecia que occidente tanto venera, los mismos dioses podían ser malos y aberrados. En la mente occidental tradicional no hay cabida para ver a un Jesús genocida, o a un Dios Todopoderoso transexual y drogadicto.

Witkin, apropiándose de composiciones de la historia del arte que traten temas mitológicos, efectúa la misma
acción exclusiva y violenta implícita en la construcción de la Historia. La selección de que pasa a la historia y que no es arbitraria; es una concienzuda reconstrucción de una realidad social por parte de unos pocos, realizada para controlar las mentes, vidas, y acciones de otros muchos. Destruyendo los cánones estéticos y éticos usuales, Witkin compone una realidad paralela a aquella que la mayoría conoce, una realidad en donde “los monstruos tienen derecho a existir”10.

La obra de Witkin, además de ser una reflexión individual y subjetiva del presente y el pasado, es una voz del hoy, un grito critico que acuchilla esta normalidad disfrazada, ese presente ficcional recreado por millones de noticieros, revistas, productos estéticos, entre otros, para el consumo de las masas recluidas en un espacio privado que cada día mas se asemeja a una fortaleza.

Witkin es exponente de una época que, con historia suficiente para ver como se ha desacralizado el cuerpo humano, ha preferido ignorar la realidad que no le conviene, logrando sobrellevar una realidad armada y diseñada por entes que no tienen el mas mínimo interés en que el sujeto se re-piense como ser en sociedad, ser que construye y reacciona en el proceso histórico del que hace parte.

Generando asco, Witkin nos invita a la reflexión.


1. EXIT, Imagen y Cultura. Pg. 1.
2. ROMO, Marisol. Pg. 3.
3. GALEANO, Carlos Alberto. Pg. 39.
4. EXIT, Imagen y Cultura. Pg. 1.
5. GALEANO, Carlos Alberto. Pg. 39.
6. ROMO, Marisol. Pg. 2.
7. GALEANO, Carlos Alberto. Pg. 31.
8. GALEANO, Carlos Alberto. Pg. 34.
9. GALEANO, Carlos Alberto. Pg. 36-37.
10. ROMO, Marisol. Pg. 5.

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EL SIGUIENTE CUENTO SERÁ PUBLICADO DURANTE DOS EDICIONES, ACONTINUACIÓN LA PRIMERA PARTE:
 
EVOS
por Pablo Pavón
 



Primera parte


“El ocio me dará vida.
Una vez que se convierta en mi corazón,
en una vez que se vuelva en mi destino,
que se envuelva en mi desde siempre perdido
precipicio,
cambiará el hedor de las lágrimas muertas de
mis anhelos,
hará el amor, penetrará desatinos,
se cobijará de placeres en mi perdón,
dará vida a mí muerte.”






“Cuándo cambie mi ímpetu,
ésta, mi vícera humana que no me resigna la
libertad para morir,
que se detiene en el pasado tratando de
prender las cenizas de tu olor,
cuando cambie mi corazón ,todo se convertirá
en una dulce plenitud,
la libertad, la decisión del vivir o morir será
discrepancia del sentir.
Vivirá el albedrío.”






Jerleónidas leyó las dos últimas frases de la libreta de “apuntes científicos y experimentos humanos” de su hermano gemelo Parkó, justo los dos párrafos que no eran ni científicos ni descripciones de experimentos, si no la razón que los inspiraba, la razón que le daba esperanzas y razones para seguir hondando en sus investigaciones.

Él no era científico, pero nunca se detuvo a pensar en eso. A Parkó la soledad no le dejaba avanzar. La desolación en la que le habían “robado” su espíritu (él creía en el espíritu y creía que se lo habían robado) era demasiada. Él sabía que si no hacía algo para remediarlo jamás sería nada, ni algo. Se encontraba atrapado entre el presente y el estático umbral de la vida, sin ser ajeno o perteneciente (según él) y quería salir de ese hoyo, quería ver el futuro y reconocer el pasado, pero su temple humano no se lo permitía, lo regresaba al maldito socavón.

La soledad controlaba cada bombeo de su sangre, el bombeo controlaba su perdido tiempo, y esa falta de espíritu era repartida en cada célula de su cuerpo. Su alma ya no estaba dentro de él y ese órgano rojizo no funcionaba bien sin ella.


Tenía ímpetu pero no sabía usarlo, tenía ganas de vivir pero estaba muerto, figurativamente por supuesto. Era necesario que se cambiara el peso que guardaba su pecho: el corazón. Él lo sabía y sabía lo que usaría para sustituirlo, usaría al ocio como su nueva bomba de vida, como su esperada libertad; él lograría existir sin necesidades.


Jerleónidas había visto todos los cambios de su hermano, tanto en sus acciones como en su ausencia, y de alguna u otra forma se había enterado de sus excentricidades, de sus preocupaciones, que nadie entendía, y sus tanto extrañas y demenciales acciones como incorrectas y perversas. Más aún a sabiendas de ello, Jerleónidas nunca trató de pararlo.


Realmente nunca creyó en lo que sabía, pensó que era mentira. El no tratar de parar a su hermano Parkó lo llenó con las más terribles y decadentes tristezas, y con una culpa insoportable en el momento en que allanó su casa y leyó las dos últimas frases de su libro de apuntes. Parkó se encontraba tendido en una mesa de metal que tenía debajo de un vitral, por donde la luz de la luna alumbraba a su cuerpo, haciendo brillar la grasa de su cara y el sudor seco, y haciendo notar los colores rojos y morados de entre las costras de su pecho suturado.

Jerleónidas había tomado el librillo del suelo, al pie de la mesa de metal que tenía a Parkó tendido encima con sus cejas despeinadas, inmóvil como si fuera parte del acero. Junto a Parkó, sobre la mesa estaba su antiguo corazón, medio roto y pudriéndose. Jerleónidas se sentó a leer los apuntes donde los había encontrado, en un charquito de la sangre de su hermano, mientras que con una mano tomaba al libro, con la otra le tomaba la mano al cuerpo de Parkó. Las lágrimas descendían de las mejillas del que se encontraba sentado. Cerró el libro y se apretó el pecho, tratando de ahogar el dolor, que con colores morados le molía el alma y llamaba a la culpa, llamaba a lo patético para desmoronarlo y destruirlo.

La policía se tardó más en llegar de lo que él esperaba, mucho más, un par de horas tal vez. El tráfico, aunque ya era de noche, estaba atrofiado, atiborrado, parado, y llenaba a la colonia “Lomas de Chapultepec” con el ruido de las bocinas, los gritos, las peleas y una sensación de enojo, un sentimiento de que todo lo que confeccionaba esta escena y la escena misma era mierda.

El país era mierda, todo era mierda. La policía había llegado tarde, pero el trafico no fue la razón que los hizo
llegar tarde, la razón que los hizo llegar tarde fue una película pornográfica que veían cuando Jerleónidas les habló justo después de recibir una llamada que decía: “¿para qué quería material quirúrgico tu hermano, para que me compró todo eso? ¿todo está en orden, van a necesitar una operación?” a lo que Jerleónidas respondió con una pregunta llena de urgencia y miedo, miedo de entender que todas las locuras de su hermano eran ciertas.

Su hermano si pensaba en cambiarse el corazón. Jerleónidas respondió a la llamada de su amigo Bernardo quien trabajaba en una tienda de venta de materiales quirúrgicos por el centro: “¿hace cuanto te habló?”. En la casa de Parkó los policías encontraron los 4 cadáveres de 4 personas que habían sido reportadas como desaparecidas a lo largo de 7 meses atrás, personas extraviadas que no habían empezado a buscar, tanto por una falta de interés, como por razones burocráticas. A los policías les causó bastante gracia haber visto varios niños disfrazados de cadáveres, fantasmas y calaveras en la calle antes de llegar, y que después de llegar se encontraran más cadáveres.

Les hizo gracia la idea cliché de ver algo tan tétrico en las fechas en las que estaban, 2 de noviembre (razón por la que había pequeños monstruos sintéticos en la calle, pequeños niños disfrazados pidiendo dulces en las casas y dinero en las calles).


Les hizo gracia que de hecho tocaran en ese momento en esa casa para pedir dulces, a Jerleónidas no le causó gracia nada de eso a pesar de los comentarios de los uniformados.






Segunda parte


1.Denis había conocido a Parkó en un bar, en un martes, en unos tequilas. Y una vez que salieron de los tequilas, del martes y del bar, fueron a un motel donde tuvieron sexo en varias posiciones, y después hablaron de variados temas. Y de esa forma él se enteró de que ella no hacía nada de su vida, del gran ocio que hacía de su existencia, él inmediatamente cuando lo supo se interesó en ello, en esa ausencia de obligación, en esa libertad, en su falta de sentimientos aferrados a algún pasado, presente, o a lo que sea.

Y así, después de un tiempo de meditar en ello mientras se peinaba sus largas cejas, formuló, o empezó a formular la idea de cambiarse el corazón por ocio. Pero antes tendría que no sólo descubrir donde estaba el ocio, sino saber si era sólido o tendría que solidificarlo, y si eso iba a ser necesario... ¿cómo? A ella obviamente no le informó nada del respecto, se comportaba agradable y medio patán para que ella no se enamorara y no tuviera algo en qué ocupar su vida, pensaba él “no fuera a ser que desapareciera su ocio”. Y aunque tenían buen sexo, él no se distraía con eso, ni con su bella figura (enormes pechos, cintura apretada y unos hermosos pezones café obscuro), ni con su colmillo que tenía pintada una pequeña aurora boreal de color púrpura, causada por el roce de una paladar en su infancia. No, nada de eso le robó su atención, él solo se concentraba en su objetivo.

Él se imaginó que el ocio se encontraba en las venas, ya fuera que se generara por medio de una glándula o que fuera un estado inactivo de algún químico del cuerpo. Así que un día en que Denis se encontraba en sus días menstruales e iban a tener sexo en su casa (ella a diferencia de otras mujeres con las que él había estado no veía porque separar el sexo y la sangre) le robó un tampón usado de su baño y se lo llevó a su casa para analizar lo que había absorbido, después de tener la muestra necesaria tiró el tampón.


Estuvo saliendo con ella cerca de 3 meses, tres meses en los que estuvo analizando la sangre de su muestra. Al tercer mes se podría decir que dejaron de salir, ya que la mató porque él descubrió un extraño comportamiento en los átomos de ciertas células de un color particular en la muestra de Denis; un comportamiento estático, los pequeñines (átomos) se regocijaban en la inmovilidad, y supuso que eso debía de ser el “ocio”, como lo anotó en el librillo que después leería su hermano. Vio que sólo era un cierto número de células, que no era un estado de ellas, que no era algo que se contagiara, sino algo particular y único.


Ya una vez conciente de sus nuevos conocimientos, se dijo a si mismo mientras pensaba en la mujer que jamás dejaría de amar (no era Denis, era alguien de su pasado), en la dama que le había robado su alma (creía él), el amor que le había antecedido a todo el sexo “implacentero” y vacío que tenía desde hace tres años, pensó mientras se peinaba sus largas cejas “es obvio lo que ahora tiene que suceder, es innegable lo tengo que hacer, pronto lograré ser feliz, pronto me dejará de importar ella y cualquier otra cosa ”.


Ese día mato a Denis. La invitó a desfogarse a su casa, cocinó su última cena deliciosa, se esmeró en complacerla en la cama, la encomienda la logró. Le complació sus deseos de que le lamiera todo el cuerpo, y sus excentricidades con la miel y con las golosinas. Le cortó el cuello y también la garganta, la colgó como vaca para desangrarla.






2. Iban de regreso de Acapulco a la ciudad, dentro de un coche negro en la carretera Cuernavaca-México. El cielo se encontraba azul atrás de ellos, y pintaba el color gris en su destino. La muerte del automóvil estaba en la “pera”; en el clímax de esa curva, estaba el fin de tres quintos de la familia que iba adentro. Al día siguiente en el periódico se leyó: “En el día 11/02/1987 muere la familia de niños gemelos, Jerleónidas y Parkó, sobrevivientes de un accidente fatal.

Sufren otras victimas por la curva en la carretera México-Cuernavaca, Cuernavaca-México, apodada “La pera” .Hoy los niños se encuentran en el hospital donde casualmente nacieron. Parkó, quien sería el menor por 2 minutos según el historial del hospital, se encuentra con lesiones menores. El mayor, Jerleónidas, está en coma. Su padre, madre y hermana menor murieron. De la familia Bang sólo quedan dos sobrevivientes de 14 años de edad. ¿Cuándo hará algo el gobierno para resolver ese problema que mata más gente que los criminales en la ciudad?”


Parkó Bang estaba caminando en la acera de la calle Periférico ya a sus 35 años de edad ,21 años, 4 meses y unos días después de la muerte de 3/5 de su familia, a las 2 de la mañana de un martes. Estaba pensando en la sangre de Denis, ya se la había sustraído, pero no sabía cómo filtrarle el ocio, se encontraba consternado, ya habían pasado 3 semanas de que la había colgado.

El líquido rojo le esperaba en el refrigerador junto a la leche, su futuro se congelaba, el pensaba amargamente. Un ruido formidablemente fuerte y agresivo lo asustó y abruptamente lo sacó de sus pensamientos ecordándole el 11/02/87, buscó alrededor al causante, sabía que había sido un coche. El sonido había empezado con el motor acercándose, aumentando el volumen y subiendo el tono, pero no era algo de esperarse que chocara. El conductor ibaebrio, como a 140 k/h.

El impacto fue del lado derecho de la calle y del coche, contra un muro de contención, y mientras el coche se deshacía contra el muro, el conductor que no usaba cinturón de seguridad salió disparado como gargajo escupido por su ventana, adelantándosele al coche que se convertiría en un enorme desperdicio de chatarra, de lámina y pintura en medio de la calle Periférico. Parkó, después de encontrar de dónde provino el sonido corrió hacía él con la intención de ayudar, pero cuando llegó y vio al tipo que había generado la destrucción de la barra de contención, recordándole la muerte de su familia, todo lleno de sangre e inconciente, no pudo evitar llevarlo a su casa, que se encontraba a unas cuadras, para acabar de matarlo y colgarlo igual que a Denis. Antes de tomar la decisión de llevarlo a casa pensó “sólo una persona ociosa anda borracho a esta hora un día entre semana”.


3.La depresión es una locura absorbente, te come el corazón, como si una droga te confundiera el alma con tristezas sintéticas. Una adicción al dolor era lo que Parkó sufría. Un día a las 4:22 de una tarde de Agosto en un parque sintió miedo, una amenaza, pensó: “Son sólo sueños, la vida es un sueño, una mentira, la verdad se murió con Dios y mí sosiego con ella.

Ella no es ella. No puede ser, jamás será” .Pero por el parecido que tenía con ella, con la causante de sus problemas, decidió usarla como parte de la solución. Él pensaba que la mujer que había amado era una bruja, una hermosa mujer de ojos negros, delicado cuerpo y nacida en Chiapas, él pensaba que ella le había robado el alma... Él pensó un día que ella estaba parada enfrente de él a las 4:22 de una tarde de Agosto en un parque, y decidió no darle la oportunidad de ser ella.




4. El 12 de Febrero de 1987 la señora Ausgewählt, difunta del Sr. Bang y abuela de Jerleónidas y Parkó,una señora
distinguida y con mucho dinero, fue notificada vía telefónica de la muerte de su hijo, de la esposa de éste y de la hija a quien dieron vida, y que por milagro habían sobrevivido los hermanos gemelos, mayores que la pequeña por 4 años.

El doctor también le informo que tendría que cuidar a los niños o serían enviados a un orfanato. Después de varias preguntas sobre la catástrofe que ocasionó la desgracia, y sobre el estado de sus nietos, la señora Ausgewählt le pidió el favor de cuidar a los niños unos días en lo que llegaba a México, tomaría el primer vuelo que pudiera. Después le preguntó cómo había obtenido su teléfono; él le respondió que estaba en la agenda de su hijo, que lo complicado había sido descubrir que


estaba en Alemania, pero una vez que descubrieron que su difunto primogénito era alemán sólo fue cuestión de marcar. La abuela de Jerleónidas y Parkó llegó 5 días después de la llamada, ellos estuvieron en el hospital, ella estaba trabajando le dijo a sus nietos. A los 30 días los dejó, tenía que trabajar les dijo a los niños, pero les contrató una niñera de 18 años.

De dinero nunca tuvieron problemas, ni ellos ni la niñera. La abuela los visitaba dos veces al año, navidad y los cumpleaños, hasta que murió. Los gemelos nunca la quisieron, igual que su padre. La primera experiencia sexual de Parkó fue con esa niñera, tres años después de que empezó a trabajar con ellos, y un año después renunció, llevándose con ella la pulcritud de la casa, la virginidad de Parkó y la cantidad de dinero suficiente para no volver a trabajar de nuevo en su vida, la cual acabaría 17 años después de su renuncia.


La ex-niñera ya tenía 39 años de edad y se encontraba saliendo del mercado, quería cruzar la calle para tomar el
camión, esperaba el siga de los peatones. La calle era bastante fea, medio deforme y llena de hoyos, el cielo estaba gris por la contaminación pero había mucha luz. Había pájaros cantando en el árbol de la esquina y defecando sobre quien pasara bajo ellos.

La ex-niñera de lejos vio a Parkó y lo reconoció, él iba a subir al camión con su larga ceja izquierda fruncida, ella tenía gusto de verle y quería saludarlo, talvez platicar o hasta montarse a un colchón y recordar cuando lo desfloró, ver cómo había mejorado. Decidió interceptarlo y ver qué pasaba, tenía que apurarse porque él ya estaba con medio pie en el camión, y casi logra interceptarlo, pero ella tenía el alto en el semáforo y un bocho que tenía el siga la atropelló. Todos los que estaban dentro del camión donde estaba Parkó se bajaron a ver el suceso, incluyendo al conductor. Parkó, aunque no la reconoció, decidió hacerse cargo del cuerpo diciendo que era su novia para inspirar lástima y lograr que la gente le ayudara y sobornando policías para llevársela a casa y quitarle el ocio. Ella sería el cuarto humano en “donar” su sangre para la causa.




5.Desde que se reportó el primer cuerpo perdido a la policía, siete meses y unos días antes del cambio de corazón de Parkó, hasta el allanamiento de Jerleónidas a la casa de su hermano, habían pasado 6 meses y otros 3 reportes de gente perdida, los otros tres cuerpos desangrados por Parkó. A mediados del sexto mes, un par de días antes de la muerte de la ex-niñera, Parkó había logrado separar el ocio de la sangre. El logro había sido un accidente, como la muerte de la antigua sirvienta, la del tipo del choque (se llamaba Sergio por cierto) y la muerte de la familia de Parkó y Jerleónidas, un descuido, la separación del “ocio” fue por un proceso de evaporación y condensación. Parkó había confundido a la sangre con la leche, por guardarlos en envases iguales, y puesto a la sangre al fuego, “ocasionando un gran movimiento en él líquido humano, el ocio por desagrado al mismo comenzó su viaje en forma de vapor a un lugar quieto, más frío, en este caso mi piso, cambiando así su estructura molecular pero no su naturaleza perezosa”, escribió Parkó en su librillo de “Apuntes científicos y experimentos humanos”. Pero el problema había sido hacerlo sólido, le costó mucho trabajo, experimentos, deducciones, etc. No le tomó tanto tiempo.


Al principio de octubre ya casi tenía su nuevo corazón completo, sólo le faltaban 2/5 litros más de sangre y un par de semanas para terminar el proceso de solidificación y manufactura del corazón. Por lo que decidió no matar a nadie más, ya que le sobraría plasma, por lo general salían más o menos tres litros y medio de sangre por persona. Pensó que sería mejor comprar lo que le faltaba con un conocido que tenía en el hospital y pedirle al mismo que le ayudara con su operación “cambiuss cardiacuss”, como él la había llamado, la operación que cambiaría su naturaleza aprensiva por la liberad, por su sueño.