JUAN EL "SIN MIEDO"
Por: Pavel Alonso García Magdaleno
"Que todos los seres sean felices
Que todos los seres se liberen de sus sufrimientos
Que nadie sea desposeido de su felicidad
Que todos los seres logren ecuanimidad libre de odio y apego"
GKG
En estos días de agitación he olvidado si estoy muerto o aún vivo, eso suele pasarle a uno con la edad, y después de haber vivido tantas cosas la noción del tiempo termina por desvanecerse como las nubes en un día soleado.
Pero a veces pienso que si el definir que es uno es lo más importante, uno comienza a vivir y luego lueguito le ponen un nombre y le dicen que tiene que hacer, cuando uno crece un poquito lo mandan a la escuela y ahí también le dice a uno que hacer y qué no hacer y así poco a poco entre andar y andar, como que lo van “educando” a uno y como que le quitan lo salvaje o por lo menos eso me decía mi maestra cuando yo me portaba mal allá en mi pueblo natal en Chihuahua.
Pero eso de definir quién soy y a onde voy, a mí nunca se me ha dado del todo bien, pues desde que era bien jovencito, me la pasaba de aquí para allá haciendo un poco de todo, unos días de plomero otros de carpintero, otros de panadero, uno nunca sabe a dónde lo va ha de llevar la vida, y a mí sí me trajo de aquí pa’ ya, de arriba, abajo… como calzón de… perdone uste, si ya sé que es una persona sería y que uno no se puede dirigir de esa manera, a una persona con estudios, con letras… pues con escuela, que no.
Pero es que mi historia no se puede contar así nomás, sin saber de nuestro país de nuestra patria de nuestro México, que hoy celebra su cumpleaños número 200, como esa patria grande que nos legaron nuestros antepasados mexicas, y que Villa, Zapata Madero, pero sobre todo Don Porfirio nos dejaron como fruto de su esfuerzo.
Cuando era joven, bueno usted va a pensar que yo fui joven por un montonal de tiempo, pero no tanto he, lo que pasa es que en mi juventú me dedique a hacer un poco de todo y terminé haciendo nada. Pues cuando tenía como quince años, que se viene la revolución y que como buen mexicano, como buen guerrero y como buen joven sin juicio ni beneficio que me voy a La Bola y me la pasaba re-bien paseando de un lado a otro, con los de Villa, con los de Carranza, con los de Madero y hasta a veces con los de Zapata, un tiempo acá otro por allá, nunca supe para quién peleaba a decir verdad.
Cuando fui creciendo me di cuenta que la cosa era en serio que no nada más eran andar paseando de un lado pal´otro, eso me di cuenta cuando mataron al José uno de mis meros amigos, de los que conocía desde chiquito y al que siempre quise como un hermano, pues aunque sé que no es parte de lo que usté quiere saber para su libro, mi madrecita nunca pudo tener otro hijo y también por eso como que nunca le gustó que anduviera en La Bola, pues porque si me le moría yo se quedaba sin hijo y sin nietos, usté sabe que a las mamacitas les gusta eso de los nietos.
Pero cuando se murió el José esa vez sí que me puse re bien triste, esa vez creo que el era Villista y yo Carrancista o al revés, ya le digo que se me olvida, pero no por mala memoria, bueno si un poquito, pero más bien porque los dos estuvimos un rato acá y el otro pa´lla, una veces estábamos juntos otras separados. Pero lo malo fue que esa vez nos toco separados y a mí me dolió mucho ni siquiera llorarle como se debe, hacerle sus novenarios y todo.
A mí en la revolución me decían Juan sin Miedo, creo que ese apodo me lo puso el mi general Villa, un día que estábamos en una cantina, cuando, que llegan los de Carranza, y que todo mundo se esconde y le corre, y que yo me quedó ahí paradote en medio de todos sin saber qué hacer y que todos se me quedan viendo, y que entra un carrancista y que también se me queda viendo, ahí namas mirándome, que le suelto una de esa miradas, como que no tenía miedo, pero más bien ya me habían ganado todos los lugares, y que se va y que mi general Villa, se me acerca y me pregunta mi nombre y me dice- Tu vas a ser Juan sin Miedo-, y que le digo que sí y de ahí así me presentaba.
Esa fue la única vez que le vi la cara a mi General, yo sabía que él era el memo mero, pero nunca lo veía, igual si usted me saca sus estampitas con todos los grandes generales de la revolución púes seguro que ni me acuerdo de quien es quien, usted sabe, así es cuando uno no más es uno del montón, uno más en esas grandes filas que dirige la gente grande, esa gente que retratan en los libros, que tienen calles con su nombre, aunque reconozco que igual no sería una buena idea ponerle a una calle o a una estación de metro de la capital, Juan Sin Miedo, quizá los turistas se perderían o nunca llegarían a su destino, con ese tipo de nombres en las calles o en los metro, pero aun así se siente re triste saber y no saber, creer y no creer, cuando uno ve los libros y le platican los chamacos esas historias de la revolución donde los héroes lo hacen todo y nunca se dice nada de la gente, pues como que las entrañas se le mueven a uno, como que dice que esas historias no están bien, que esos libros pues como dicen como toda la verdad, bueno con todo respeto para usted que se dedica a escribir y leer esos librotes que dicen con letras doradas Historia de México.
Pero bueno vayamos pa lo que vino, o le dijeron que viniera, a que lo contara de cómo eran esos grandes señores con los que anduve en La Bola, esos generales, pa' hacer sus libros ya sé que no vino a hablar, sobre la vida de un don nadie, de esos que unos puede encontrar por montones en los pueblos que pasó la revolución, pero es triste que nadie se acuerde de uno, que ni siquiera un epitajio le dediquen en su tumbita, que sólo sea un número en esos librotes.
Le aseguro mi amigo José no era un número era un ser humano, un hombrer hecho y derecho, y bueno sí, igual y no soy de los grandes hombres y sólo vi a mi general Villa una vez en toda mi vida, pero soy el Juan sin Miedo y merezco estas tristes páginas olvidadas que nunca llegaran a eso librotes y se quedarán en las manos de unos cuantos a los que seguro les importa un bledo esta triste historia de un don nadie.
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MÉXICO 2010: 500 AÑOS TEÑIDO DE ROJO
Por: Joanna Gabriela Guerra Ledón
Desde 1510 el color rojo tiñe a nuestro país, cada centenario se derrama sangre, ya sea por la conquista de un nuevo territorio o por la defensa de ideales revolucionarios, pasando por intrigas de la corte y religiosas. México es víctima de sus habitantes, de sus gobernantes, es víctima de sí mismo.
Este año, como todos los papeles oficiales, programas y anuncios nos dicen” 2010, Año de México: Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución”, pero, ¿en verdad debemos festejar? Hasta cierto punto, todos los países celebran sus guerras y victorias, es una forma de no olvidar el pasado, intensificar el amor a la Nación y demás intereses políticos, sociales e incluso económicos.
En 1510 se derrama sangre hispana y nativa, una lucha dada por la falta de tolerancia DE AMBAS PARTES: por un lado, los peninsulares saqueando y preguntándose sobre la Humanidad de los oriundos, mientras estos losveían como sus libertadores respecto a los aztecas; en 1610 y 1710 la Nueva España era roja por las intrigas religiosas y cortesanas, resultado del hibrido que existía como gobierno; 1810: inicio de la independencia, donde, curiosamente, ninguno de los libertadores ni héroes nacionales tenían ese sentimiento patriotero que les adjudicamos hoy; eran un grupo de gente ilustrada buscando la defensa de sus derechos, los ideales franceses habían llegado a colonizar la Nueva España: Liberté, égalité, fraternité todos aquí, defendiendo la lucha de los criollos para defender sus derechos.
1910 es, ahora, la lucha mexicana por excelencia, en primer lugar porque por primera vez "MÉXICO" es el protagonista, ahora se pelea bajo los ideales del socialismo (marxismo, no los inventos posteriores), es la lucha de los pobres contra los ricos: los harapos contra la seda buscando igualdad, teniendo de rojo otra vez el suelo y alma de nuestro país... ¿2010?, aparentemente nuestro país está dormido, no hay guerras que enfrentar, ya que, después de medio milenio de vivir entre desigualdades y tolerancia nula estamos
acostumbrados al color rojo que sombrea nuestras almas.
Los festejos por el "cumpleaños" de México son el tema de hoy, paradójicamente fue hasta 1821 cuando se consumó la Independencia y aún e indiferentes incluso es más curioso que esta inició el 16 de septiembre y lo festejamos el 15 (el cambio se dio durante el gobierno de Díaz, ya que su cumpleaños era el 15 de septiembre: fiesta nacional), sin embargo, con todo el alboroto olvidamos que nuestro país enfrenta, fiel a su costumbre centenaria, otra guerra contra sí mismo: esta vez, se le ha denominado "Guerra contra el narcotráfico", como si las drogas fueran el problema principal, nuestro máximo mandatario y sus secuaces aseguran que vamos ganando, pero ¿quiénes y que ganan?, ¿el ejército con sus aumentos salariales?, ¿el gobierno?, ¿los empresarios?, ¿los líderes de carteles? o ¿las familias de las víctimas de la guerra?, ¿los niños muertos ya sea en guarderías o por estar en el lugar y momento equivocados?, ¿las muertas de Juárez?, puedo seguir nombrando grupos en esta guerra, pero lo que no entiendo, es por qué no se le reconoce: es un secreto a voces, todos los mexicanos sabemos que esta situación no es correcta, pero no hacemos
nada para modificarlo, la falta de seguridad en nosotros mismos, la falta de
confianza en los gobernantes y representantes de la autoridad son parte del letargo en el que vivimos.
Este año, México es rojo, somos el reflejo de la sombra que tiñe nuestra esencia, la falta de tolerancia, desigualdad entre clases, intrigas políticas, religiosas e incluso los tabúes hacen que nuestro país sea colorado, somos víctimas de nosotros mismos: mexicanos contra mexicanos luchando por avaricia y poder, sin causas sociales es insólito, el México actual es la antítesis de los ideales que tuvimos hace doscientos y cien años, somos un país donde la tolerancia no existe, juzgamos a las personas por su aspecto, ideas,
posición social, etc.
No hay razones para festejar otra guerra carente de motivos sociales, nuestro país es víctima de sí mismo y tanto sus gobernantes, autoridades y habitantes somos los causantes, sabemos que estamos en guerra, nadie dice nada; somos inmunes a las guerras, son parte de nuestra cotidianeidad, somos intolerantes la desgracia de los otros, estamos acostumbrados a esta guerra, donde "me asaltaron", "encontraron una cabeza en...", "ni modo" son los héroes, vivimos en la violencia y relatividad social, debemos aceptarlo, eso es el 2010...¿hay razón para festejar?
Nombre completo: Joanna Gabriela Guerra Ledón.
Edad: 21 años
Lugar de nacimiento y lugar de residencia: D.F.
Twitter: @gabannacb
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¿El mismo palabrerío de toda la vida, la misma retórica, las mismas falsedades?
Por: Daniel Pacheco
En el centenario y bicentenario de la Revolución y la Independencia, respectivamente, “no hay nada que celebrar cuando la situación de los indios es la misma, cuando hay 60 millones de pobres, cuando la educación está hecha un desastre”.
México es el país que tiene la peor historia oficial del mundo, porque la han falsificado. La historia la escriben los vencedores y en este caso, también son los vendedores; han hecho una caricatura burda de la historia de México.
Cualquier persona con un mínimo razonamiento y de lógica se da cuenta de que México no es un país independiente sino al contrario, cada vez es un país más superdependiente de Estados Unidos y compañía.
Lo más paradójico y esquizofrénico es que quienes encabezan la celebración son los mismos que le cortaron la cabeza al cura Hidalgo; esos que excomulgaron y asesinaron a Morelos, mataron a Pancho Villa y a Zapata, los mismos que siguen ejecutando gente, como si nada...
¿Cómo van a justificar la millonada que están gastando en puras cosas inservibles para el país? En vez de tomar el 2010 como inicio de algo nuevo, como un punto de partida o el intento de crear una nueva nación donde todos quisiéramos convivir, todo se va a quedar en la retórica, en mera palabrería para tronar más cuetes, pegar de gritos, agitar la banderita tricolor y ponerse hasta el culo.”
Y lo que vienen haciendo estos políticos han estado gobernando México es aprovecharse. Se han estado sirviendo de nuestro país, no son lo que llamaba Morelos servidores de México, sino se han servido del país a sus anchas. Y es terrible eso. Estas celebraciones a mí se me hacen algo demasiado absurdas y burlescas, porque no podemos celebrar algo que no existe más que en la imaginación de los discursos oficiales.
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Por: Nicolás Wills
NEGRO
Pensaba en el negro.
Pensaba el negro de hoy.
Pensaba en el petróleo.
Pensaba en El Quinto elemento, la película, y en esa imagen delmal representado como ese liquido negro viscoso que chorrea por la frente de aquellos que escogen su camino.
Vengo de un viaje por la amazonía colombiana y ahí estaba el petróleo. Quietándole las tierras a los indios, dizque generando empleos, acabando con la selva.
Pensaba en el negro que se acerca a las costas mexicanas, y en el negrito de Obama que todavía no se decide a acabar con sus guerras. Pensaba en los mexicanos y en su decisión de pintar su bandera de negro, porque como dicen, la nación esta de luto.
Pero ya no más negro igual negro.
Aburres.
Negro igual blanco mejor.
Hay negro, mucho negro, mucha tinta, mucho carbón, mucha materia, mucho dibujo.
Negro en blanco.
Blanco en negro.
Ying Yang.Porque hay y no hay negro. Hay colores.Y si sumamos movimiento.
Hay blanco.BLANCO.
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Las pandemias que nos acechan
Por: Laura Meza Orozco
Veo con congoja que la realidad que vive México se asemeja a los grabados de los desastres de la guerra de Francisco de Goya. Los cuerpos mutilados cuyos frutos son la muerte y la destrucción, la decadencia en todo su esplendor y la hecatombe que sufre nuestro país por la violencia del narcotráfico, la negligencia estúpida del gobierno a la hora de diseñar una estrategia acorde con un fenómeno tan complejo.
A esto hay que añadir la pobreza y la marginación. somos un país en el que más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza y de pobreza extrema, sumando al millón de menores entre 12 y 14 años que se quedarÁn sin educación básica tan sólo en este año.
Sin educación veo un futuro muy sombrío, el diagnóstico no sólo del estado de mi país sino del mundo entero es crudo. Resulta indispensable reivindicar el derecho a la educación duele ver que en el mundo con sus grandes desarrollos vivan 800 millones de personas que no saben siquiera leer y escribir.
La oportunidad que nos brinda un país en donde caen todos los días decenas de asesinados(as) y el fracaso del sistema mundial financiero es proponer nuevos esquemas que permitan recuperar la esperanza.
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